SEMBLANZA DEL MAESTRO QUE DA NOMBRE A LA ESCUELA
Nació el 1º de noviembre de 1960 en la población de La Palmita. Cursó su educación primaria en la Escuela Graduada La Palmita y la secundaria en el Liceo Alberto Adriani. Posteriormente estudió en la Universidad de Los Andes, de donde egresó como licenciado en Historia en 1985 y luego como licenciado en Educación, en 1996. Se ha desempeñado como docente de aula en el Liceo Alberto Adriani y en el Colegio Santa Teresita. Ha desarrollado una destacada labor como docente y coordinador docente de la asignatura Instrucción Premilitar en el municipio, logrando vincular la referida asignatura a la comunidad a través de actividades cívicas y comunitarias.
Su actividad en el campo cultural y en el desarrollo de la historia local ha sido diverso, destacando la fundación del Club Juvenil Deportivo y Cultural de La Palmita en septiembre de 1977, fue coordinador cultural del Distrito Escolar nº 4 durante el año escolar 1991-1992, representante del sector educacional ante la Comisión Consultiva de Cultura del municipio Alberto Adriani entre 1991 y 1992, coordinador académico de la cátedra de Estudios Libres doctor Guillermo Morón entre 1992 y 1993, asesor histórico del boletín de la oficina del cronista de El Vigía en 1997, presidente del Comité para la Conmemoración del Natalicio del Doctor Alberto Adriani el año siguiente, director general fundador del Instituto Municipal de la Cultura del municipio Alberto Adriani entre 1999 y 2001, miembro de la directiva de la Fundación Feria Internacional del Plátano en 1999, fue coordinador general de la Sociedad Histórico-Literaria Federico García Lorca, miembro de la Fundación Alberto Adriani, por más de 2 décadas, donde realizo múltiples aportes históricos y literarios.
Es autor de la propuesta aprobada por unanimidad por la cámara municipal para la creación de la bandera del municipio, el 22 de mayo de 1997, autor de la propuesta presentada a la misma cámara para la conmemoración del año centenario del natalicio de Alberto Adriani en junio de 1997, autor del ultílogo Centenario del Natalicio del Dr. Alberto Adriani, incluido en el libro Historia de El Vigía 1898-1998 de Orlando callejas en 1998; coautor con el profesor Delibrado Varela del folleto Epónimos Parroquiales; coautor del libro Alberto Adriani: memorias de un Centenario, en 1998. Fue columnista de los desaparecidos diario El Vigilante, del Diario Los Andes y el diario El Vigía. Mantenía su blog http://matriavigiensepersonajes.simplesite.com/ y http://matriavigiense.blogspot.com/ donde constantemente publicaba personajes, pioneros, emprendedores, hechos históricos de El Vigía, además de múltiples fechas de interés para el Municipio Alberto Adriani. Fue director de la Oficina para el Desarrollo Integral del Eje Panamericano Merideño (Odiepm) de la Gobernación del estado Mérida.
… “hombre de letras, de fina pluma para escribir la historia de El Vigía y sus alrededores, el ilustre historiador merideño, Eudes Blanco. Cronista innato que durante muchos años dedicó su vida de trabajo y de servicio desinteresado a la investigación, para reseñar, a través de sus escritos, los acontecimientos más importantes, lo que le mereció el reconocimiento de escritores, historiadores, catedráticos y de la población merideña en general...”
De Jesús de Luzam para Eudes
Eudes José Blanco Prieto, hermano:
Tejido de amistad traslucida y curtida de luces…
¡Hermano, como estas!
¡Venga un abrazo que los hombres,
no sólo lloran, sino que también se quieren…!
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Y es que el tejido de sentimientos entre los seres humanos
es como los primeros días del mes de Abril,
mes por donde los caminos de la vida
pasa el peregrino sobre la tierra seca del verano tropical
y sus huellas son afianzadas
por la plasticidad del primer aguacero,
y dejan brotar la semilla de la espiga de pasto
que el viento del Sur del Lago no doblega,
sino que se fructifica para ser fértil la noble tierra…
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Hemos sido caminantes de una vida trasiega de sacrificios;
hemos sido caminantes desde que la adolescencia
te trajo del juego interminable de lomas y lomeríos
de La Palmita, el pueblo que resiste
cada vez el embate de la arcilla que se mueve en desosiego,
que se mueve sobre las ansias por bañarse del fuego ardiente
del sol que brilla y abre horizontes en esta Tierra Llana
que ha sido doblegada desde lo inhóspito
para plegarse en la providencia
del esfuerzo del trabajo de sus hombres y mujeres;
hemos sido caminantes que emergimos
de la sapiencia del Liceo Alberto Adriani
y tu voz te delataba como un ser sensible e inteligente
y la Universidad de Los Andes te inscribe en su historia,
esa historia que como pocos saben resaltarla en su dignidad,
y tu andar convidaba a seguirte en tus manuscritos
que arrastraban las páginas de tus crónicas cultivadas
y tu sonrisa es más sonora que el andar del rio Chama
y tu mirada es tan trasparente y sincera
como el primer rayo de amanecer
que dibuja entrega ciudadana y lucha por la justicia
en tiempos desdibujados y de incertidumbre patria,
que has proyectado tu achocolatada piel de gran padre
sobre tus dos amadas hijas Mariana y Joanna,
que has fusionado tus poros de pasión y amor en Juanita,
que caminas con tu guayabera por las calles de El Vigía
y vas recopilando cada esfuerzo y tradición
de un caserío que fue pueblo y ahora es ciudad de esperanza,
ciudad Panamericana, bisagra entre la montaña y la planicie,
ciudad que aquilatas al futuro promisor
al recoger las mejores obras de sus más notables hijos,
que has sido un amantísimo hijo y hermano,
que aún llevas el dolor de la perdida de tu padre,
y aunque sonrías, el vuelo del pájaro negro del dolor
nubla tu mirada que te reafirma como hombre de bien,
y como Amigo, eres mi hermano en la distancia,
siempre presente en las horas taciturnas
cuando el atardecer entre montañas,
tras la luz de luna llena,
me trae a la memoria las personas que amo,
que Carmen Edicta, te ama como un hijo,
y mis hermanos, que son tus hermanos, te aman…
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Eudes, hoy que es primer día de Abril,
el rio Chama que recibe su primera lluvia
no olvida humedecer el alma
para agradecer tu ejemplo que entreteje orgullo
y tus escritos se fusionan como trazos
en el acero del gran Puente Chama…
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¡Venga un abrazo que los hombres,
no sólo lloran, sino que también se quieren…!
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Jesús de Luzam.