Cuando lo que nos rodea es afectado por las acciones depredadoras, por supuestos de desarrollo y de crecimiento, es común no voltear a ver nuestros actos y solo avanzar en la persecución constante de expansión, bien sea de lo urbano o de lo económico y en otros casos de desarrollo de infraestructuras para soporte de los servicios. En nuestro municipio han sido afectadas más de 2500 ha entre los años 2001 al 2014, de acuerdo a las comparaciones de imágenes satelitales anuales en ese periodo, lo que hace que además del crecimiento desordenado y hasta anárquico con que se ha expandido lo urbano, también en áreas rurales la afectación ha llegado. Tal es el caso de la Planta termoeléctrica Don Luis Zambrano y sus obras de infraestructura adjuntas, donde la afectación ronda las 210 ha de vegetación que se encontraba allí antes del 2010, o de las más de 200 ha afectadas en las cuencas altas del pie de monte andino que surten del vital líquido a nuestro municipio de las más de 300 ha afectadas en la cuenca del embalse de Onia, desde el sector Los Giros hasta el Municipio Zea. Al existir una afectación como la que ha ocurrido en nuestro municipio y las condiciones ambientales a las que estamos expuestos por nuestra ubicación privilegiada, hacen que veamos también calles y avenidas desérticas y sin el verdor o la sombra que requerimos para protección del sol del Sur del Lago de Maracaibo y de las temperaturas que tenemos anualmente, pero a eso también le sumamos una serie de anomalías en las precipitaciones que en los últimos 10 años varían en hasta 500 mm de precipitación que no han caído, y muchas otras más variables como la quema indiscriminada de residuos sólidos o de limpias de vegetación con esta práctica arcaica de quemas descontroladas.
En el Municipio que nos merecemos, debemos apuntar a una conciencia ambiental de altura, comprometidos con lo sostenible, con aquellos principios altruistas y responsables de garantizar un ambiente sano y con recursos suficientes para las generaciones venideras, que no serán otras que la de nuestros familiares y amigos que decidan hacer vida en el mismo espacio que ahora nos soporta, es por ello, que requerimos personas e instituciones comprometidas con lo que necesitamos y con lo que es nuestro deber moral dejar para quienes nos sucederán en el desarrollo de lo que ahora estamos construyendo. Desde la administración pública es imperioso establecer un Plan Ambiental Sostenible, reforestación urbana y de las cuencas altas y medias, y una Ordenanza de Protección Ambiental ya propuesta, pero también el de acompañar la concientización ambiental de nuestros conciudadanos, con más funcionarios en esta loable tarea, esto desde el aspecto de la administración, pero desde el punto de vista ciudadano, debemos observar los cambios en nuestro entorno y que no podemos continuar afectando con el egoísmo que el hoy nos está moviendo, que tarde o temprano cada accionar en contra del ambiente será una huella imborrable en la historia de quienes somos ahora. En el municipio que nos merecemos, debemos complementar las acciones de las instituciones con acciones individuales, que permitan un desarrollo social y económico sin ser mezquinos con el ambiente.
El Municipio que nos merecemos, es donde usted y yo, podamos vivir sin violencia, sin sentirnos inseguros y desarrollar nuestras actividades.
Publicado en el Diario Los Andes de El Vigía el día Martes 23 de Noviembre del 2016 Pág. 06
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