La silvicultura urbana ha existido desde que el hombre ha plantado árboles en las ciudades y comunidades donde vive. La silvicultura urbana se puede definir como el ordenamiento de los árboles para que contribuyan al bienestar fisiológico, sociológico y económico de la sociedad urbana. Esta disciplina abarca tierras boscosas, árboles en grupos y árboles individuales, en lugares habitados, y es multifacético, puesto que las zonas urbanas comprenden gran variedad de hábitat (calles, parques, rincones abandonados, etc.) donde los árboles brindan un amplio abanico de beneficios, pero también presentan problemas. En la ciudad, la plantación de árboles responde a muchas finalidades. En cualquiera de los casos, será imprescindible el perfecto conocimiento del carácter y de las limitaciones de las numerosas especies que pueden ser utilizadas, así como el entorno donde se ubicarán (suelo, contaminación, etc.). En la actualidad se plantan árboles en las ciudades sin una debida planificación, sin una correcta preparación del suelo, sin una adecuada selección de especies, etc. Todo ello trae consigo, posteriormente, árboles débiles y/o enfermos, árboles mal anclados al terreno que caen en cuanto se producen vientos fuertes, árboles podados drásticamente porque sus ramas estorban a los edificios y viviendas colindantes, raíces que invaden conducciones de agua, levantan pavimentos o agrietan muros, problemas estos que podían ser en su mayor parte perfectamente previstos y subsanados con una adecuada planificación. En el Municipio Alberto Adriani, la carencia de arbolado urbano de calidad, hace que el calor del Sur del Lago de Maracaibo se sienta aún más, condiciones privilegiadas para la economía (ubicación, físico-naturales, vialidad y otros) son también una limitación para desarrollo de actividades sociales, ya que no se cuenta con espacios para compartir (espacios públicos de calidad), donde las plazas públicas son carentes de mobiliario urbano, pero también de una vegetación que enriquezca y le de valor ornamental y paisajístico.
En EL MUNICIPIO QUE NOS MERECEMOS, el arbolado urbano debe tener una especial atención, no solo en los espacios públicos, también en sectores como el talud del Barrio del Carmen (que debe ser decretado como reserva o protegido por algún instrumento jurídico municipal, por su importancia), el talud o borde de Colinas del Paraíso (por su importancia como sostén de masa para la Urbanización Los Parques), El talud de la Urbanización Buenos Aires y Colinas de ese mismo sector (por el riesgo que representa para el sector la vega) y así, muchos otros espacios que tienen una doble función (protección y “pulmón natural”), todo esto con la definición de verdaderas políticas ambientales y de manejo silvicultural en calles y avenidas, constituirían la visión de un municipio ecológico o por lo menos responsable en materia ambiental y de riesgo.
En el municipio que nos merecemos, la protección ambiental es la mejor garantía para un desarrollo organizado y sustentable. Eso, es lo que nos merecemos.
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