Los Municipios son parte de nuestra tradición histórica, pero su evolución no ha estado marcada por políticas nacionales orientadas a fortalecer su protagonismo y rol en el desarrollo nacional. Los Concejos Municipales son la institución con mayor tradición histórica local, pero es a la vez la más desconocida por los ciudadanos. El Alcalde ocupa un nivel importante de reconocimiento, siendo un actor local que nació en 1988. El Municipio que hoy conocemos es tan nuevo, para muchos, como la propia comuna, la ventaja del Municipio es que nos ha acompañado en la historia, pero ello no es suficiente. A lo largo de la historia hay registros de ofertas políticas y de reflexiones públicas que dan cuenta de un Municipio que siempre ha sabido sobrevivir y que allí ha estado en espera de políticas que reconozcan su importancia. Hoy la Constitución pareciera darle importancia, pero entonces el Estado Comunal amenaza su fortalecimiento y protagonismo como actor local en el desarrollo nacional.
Veamos algunos de esos registros: 1890: En este año el Dr. Luis López Méndez advertía que los asuntos nacionales siempre dominaba la atención pública y esto nos llevaba a que los “Estados vegetaran en una vida oscura, sin iniciativa...” en 1936: Eleazar López Contreras en uno de los aspectos más resaltantes de su plan de gobierno esboza que para sanear el estado federativo venezolano se debe recuperar el municipio, que siendo parte de la tradición histórica venezolana, había quedado casi extinto; en tal sentido, propone concretamente recuperar la autonomía de los Concejos Municipales. En el año de 1945: La Junta de gobierno prometió que su política administrativa estaría orientada fundamentalmente a descentralizar el estado y cambiar el ejercicio de poder por uno más cercano a la gente. La idea propuesta se concretaría a través de la descentralización de la actuación estatal volviendo los ojos a la provincia atacada por la incapacidad de los malos gobiernos. En 1960: El Dr. Rómulo Betancourt reconoce que el espíritu municipal y comunal casi se había extinguido durante las dictaduras, y cuestionó que el país se había olvidado de la historia de los cabildos abiertos durante la época colonial y de la tradición de los trabajos comunales a que estábamos acostumbrados, Betancourt reconoció expresamente el valor de la autonomía municipal, el valor del edil como líder comunitario y como actor político con mayor capacidad de influir en las comunidades locales. En el periodo de 1984 y 1988: La COPRE ó Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, mostraba la existencia de un fuerte centralismo que unido a la ineficiencia y el clientelismo en las gestiones locales causaba un importante nivel de desinterés de los ciudadanos sobre los asuntos locales, este informe sugería la necesidad de repensar el Municipio y darle su rol protagónico. Así llegamos a la primera versión de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, del 2005 y luego modificada en el 2010, que fundamentada en la Constitución, lejos de fortalecer el rol municipal, ha abierto desde el 2010 las puertas para que la Comuna, base del Estado Comunal, se convierta en un actor local, calificado como entidad local, similar a una parroquia, pero con la diferencia, que aún estando en el territorio municipal, las normas que lo regulan serán nacionales, por ende violenta la autonomía municipal y damos un salto al pasado oscuro de la república. Este recorrido histórico nos advierte que lejos de ir conformando un estado Federal Descentralizado, la Constitución facilita el camino para ir instalando un estado Federal Centralizado, que hoy busca consolidarse a través del Estado Comunal.
Es por esto, que en el Municipio que nos Merecemos, debemos apuntar a una mejor gestión de gobierno, que sea referente político, social y económico en el resto del país, para de esta forma influir en el reclamo del estado de Autonomía y descentralización que buscamos los venezolanos a través de los tiempos, obras para ciudadanos, planificación con resultados y una política de manos limpias, son el aporte que debemos hacer en la búsqueda de la descentralización y de una mejor calidad de vida.
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