Una de las finalidades del viario público de una ciudad, es la de permitir una circulación segura, es decir, sin accidentes, pero también que nos permita desplazarnos con comodidad y seguridad, en una interacción social entre ciudadanos los que se desplazan en vehículos, los que se desplazan en bicicleta y los peatones.
Sin embargo los accidentes vehiculares, sobre todo de arrollamientos en las calles venezolanas son un fenómeno cotidiano en el que mueren cada año cerca de cinco mil personas. Por ello, y con objeto de desarrollar medios más eficaces de mejora de seguridad vial y concientización, es importante implementar campañas de seguridad vial y convivencia ciudadana una forma de Construir Ciudadanía. La producción en cadena de vehículos ha permitido extender el uso del automóvil a gran parte de la sociedad, reduciendo así, espacios para los peatones y otros tipos de vehículos motorizados y no motorizados, haciendo de las calles una especie de guerra por los espacios públicos.
Hoy en día, sería inconcebible vivir sin vehículos. Sin embargo, ante las evidentes ventajas que ha provocado este hecho, han aparecido, lamentablemente, graves problemas como son los accidentes, la contaminación, reducción de la movilidad peatonal y otros más que compartimos a diario, pero que no son tan relevantes, como espacios para estacionar o las colas en semáforos. Los accidentes de tráfico, además del impacto psíquico y social que produce sobre las víctimas, familiares y amigos, tienen un costo social de millones de bolívares al año, por gastos hospitalarios, mantenimiento de la red viaria y la puesta en marcha de medidas que intenten reducir la siniestralidad. Una de estas medidas consiste en la educación vial y en las campañas de concienciación. Esta medida es completamente útil y necesaria, ya que los avances técnicos en el campo de la seguridad se ven en parte superados por el comportamiento de compensación de riesgos por parte de los conductores. Una dificultad con la que se encuentran las administraciones a la hora de intentar concienciar a los ciudadanos del grave problema de los accidentes de tráfico es que la población los tiene asumidos y no los identifica como un grave problema, simplemente es el peaje que se paga por la modernización.
En el municipio que nos merecemos, debemos llevar esta problemática a un nivel superior, concientización a todos los ciudadanos, planes y programas de acciones serias para minimizar la limitación que actualmente se presenta para transitar en nuestras calles y avenidas, plantear actividades objetivas para que los vendedores ambulantes o buhoneros se establezcan en lugares acordes con su actividad si entorpecer a los demás, pero sobre todo ejecutar actividades que permitan al ciudadano, al peatón, ser parte de la ciudad, de este espacio que compartimos. Nuestra legislación es muy amplia y cubre estos aspectos de forma clara, pero tal vez, existen autoridades a los que la anarquía les muestra el modelo a seguir, por eso como ciudadanos y principales afectados debemos contribuir en que se nos respeten nuestros derechos.
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